La
ecografía vaginal consiste en obtener imágenes del interior de la cavidad vaginal con la ayuda de una
sonda
de ultrasonidos. La sonda es introducida en el interior de la vagina y
emite ondas de ultrasonidos que, al atravesar los tejidos, rebotan en
ellos y son captados de nuevo por la sonda.
A través de esta prueba se pueden estudiar los siguientes estados:
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Trastornos de fertilidad femeninos.
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Dolor pélvico sin origen determinado.
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Hemorragias menstruales fuera del ciclo o reglas excesivas.
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Endometriosis.
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Posibles infecciones a nivel de la trompa y de los ovarios.
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Anomalías congénitas del útero y los ovarios.
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Estado de quistes y tumores de útero y ovarios, como es el caso de los miomas.
En los tratamientos de reproducción asistida, el control de la repuesta a la estimulación ovárica de cada paciente se hace mediante la realización de
ecografías vaginales.
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